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Cómo afecta el estrés a la visión

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Pocos son aquellos que se libran de algún momento o periodo de estrés a lo largo de su vida. El trabajo, una situación familiar complicada, un mal momento económico o un simple atasco de tráfico pueden producirnos momentos de ansiedad y acabar perjudicando a nuestra salud. Nos estresamos cuando nos encontramos ante una situación desconocida, amenazante o incierta.

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Entre esos problemas de salud está nuestra vista y si acompañamos estas situaciones de un sueño escaso aún pueden perjudicarla aún más. Estos son los problemas más frecuentes en la vista derivados del estrés:

Temblores en los ojos

También se conocen como mioquimias y son espasmos localizados alrededor de los párpados, aunque el que tiembla realmente es un músculo llamado “de Muller”, un pequeño músculo cuya función es elevar el párpado. Suele aparecer por estrés, aunque también puede ser causado por la nicotina o la cafeína. No precisa tratamiento si es por un breve periodo de tiempo, pero si perdura deberemos acudir a un profesional.

Inflamación ocular

Su nombre científico es blefaritis y es la consecuencia más común del estrés. Está asociada a la maculopatía serosa, una patología que se manifiesta mediante una inflamación benigna de la mácula (parte central de la retina). Esto puede hacernos perder la percepción de detalles o colores y también a nuestra capacidad de lectura. Generalmente afecta a personas de entre 20 y 50 años

Pérdida de visión

Llamada también amaurosis. Puede ser algo meramente transitorio, pero si se prolonga puede ser el anticipo de otros problemas mayores como traumas o trastornos psicológicos. Algunas inflamaciones oculares derivadas de un estrés permanente pueden acabar también en pérdida súbita de visión.

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No es fácil acabar con el estrés, pero desde Óptica Barreña te damos algunas recomendaciones para que afecte lo menos posible a tu salud. Una de ellas, obviamente, es llevar un ritmo de vida más relajado y acostumbrarte a hábitos que no generen tantas situaciones de estrés. Si no lo conseguimos, podemos intentar incorporar otro tipo de actividades a nuestra vida como yoga, mindfulness o meditación.

No sólo incorporar otros hábitos sino cambiar algunos para aprender a manejar mejor nuestra forma de actuar como priorizar, organizar o gestionar mejor nuestro tiempo y tareas cotidianas.

También será muy importante cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente, intentar dormir más horas y realizar actividades con las que nos sintamos a gusto para no acabar frustrados y provocar situaciones de estrés.

Son sólo algunos consejos, pero si empiezas a notar los efectos en tus ojos deberás descansar la vista y centrarte en otra actividad que no requiera un esfuerzo visual. Si cualquiera de estas situaciones se prolonga acude lo antes posible a un profesional para que evalúe tu caso.