¿Es seguro cambiar el color de los ojos para siempre?
La tonalidad o color de los ojos
El color de los ojos depende del tipo y cantidad de pigmento que cada persona tiene en el iris. Este pigmento constituye una protección natural de los ojos frente a los rayos ultravioleta. Su tonalidad cambia mínimamente con el paso de los años. Nacemos con un tono algo más claro, que se va oscureciendo en los primeros meses de vida. Y en la vejez, puede producirse nuevamente un aclaramiento. Pese a que el tono grisáceo característico de muchas personas mayores no se debe a un cambio en el iris, sino al llamado arco senil. Un arco blanquecino o gris que rodea la córnea debido al envejecimiento.
La evolución humana ha hecho que las personas que viven en zonas soleadas hayan desarrollado una mayor cantidad de pigmento, es decir, sus ojos son mayoritariamente oscuros, mientras que en zonas con menos luminosidad los ojos suelen ser más claros.
Cambiar el color de los ojos permanentemente
Algunas personas se plantean cambiar el color de sus ojos con fines estéticos. Salvo hacerlo con lentillas de colores, que hasta la actualidad es el único método seguro, si son bien aceptadas. Cambiar de modo permanente el color de los ojos es muy peligroso para la salud visual, no siendo recomendable. Existen ciertas técnicas con las que se puede cambiar de manera artificial el color del iris, pero por las altas probabilidades de complicaciones que conllevan, no ofrecen ninguna garantía de seguridad para la salud visual, al contrario.
Uno de estos procedimientos quirúrgicos consiste en la intervención con láser. Mediante impactos de laser se iría quemando la capa más fina de la superficie del iris, eliminando su pigmento, lo que hace que el color de los ojos vaya cambiando tras de varias sesiones.
De este modo se consigue que la melanina se desprenda del iris, pero este pigmento no desaparece sin más, sino que se corre el riesgo de que se produzca una obstrucción al pasar estos pigmentos al humor acuoso. Aumentando la tensión ocular y pudiendo producir una subida de la presión intraocular incontrolable, siendo causa de glaucoma. Lo que supone un grave riesgo para la visión.
La queratopigmentación es otro método que se ha utilizado como terapia cosmética para mejorar el aspecto de determinados supuestos de ojos ciegos. Pero fuera de estos casos, tampoco es recomendable. Aunque es menos agresivo que el anterior, al no ser permanente y por lo tanto reversible, puede causar igualmente daños en la córnea. Consiste en colorear la córnea con tintes de pigmentos compatibles con el ojo.
Otra técnica es el implante de una lente intraocular cosmética, colocando un pequeño disco de silicona de color sobre el iris. Esta lente de color estaría en contacto con la zona del ojo por donde circula el humor acuoso, ocasionando riesgo igualmente de producir daños irreparables.
En conclusión, utilizar el láser para cambiar el color de los ojos puede producir glaucoma, tampoco es recomendable la queratopigmentación ni las lentes intraoculares cosméticas, por los peligros que conllevan. Estás técnicas se ha demostrado que son perjudiciales para el iris, lo debilitan y dañan, provocando fotosensibilidad y pudiendo ser causa de infecciones, afectar al nervio óptico, generar presión ocular o causar la aparición temprana de uveítis y cataratas.
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