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Cómo percibimos el movimiento

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Funcionamiento del movimiento

La percepción del movimiento es una capacidad cognitiva por medio de la cual nos damos cuenta del cambio de lugar de un objeto a la vez que captamos atributos relacionados con este cambio, como la velocidad a la que se produce o la dirección.

La visión es el resultado del trabajo en equipo de los ojos y del cerebro. Juntos crean una imagen completa y compleja del mundo que nos rodea. Es decir, para percibir el movimiento, necesitamos relacionar la visión y los procesos cognitivos que hacen que podamos ver y seguir los objetos que se están desplazando.

El movimiento es un parámetro siempre presente en el procesamiento de la información. Aun cuando estamos quietos, nuestros ojos o la cabeza se mueven constantemente, aunque sea de manera imperceptible.

A cada instante sólo un área muy pequeña de nuestro campo de visión se percibe de manera clara y enfocada. Con los movimientos rápidos de los ojos redirigimos el ángulo de visualización a los distintos puntos de interés. Estos reajustes constantes en la mirada nos permiten aumentar la visión periférica, aun cuando fijamos la mirada en un punto concreto.

El movimiento se percibe mediante dos mecanismos, uno basado en la detección del movimiento del objeto a observar y el otro basado en el movimiento de la cabeza y los ojos.

Lo podríamos esquematizar del siguiente modo:

  • El sistema imagen-retina, que detecta los cambios en la posición de los objetos.
  • Y el sistema ojo-cabeza, que es el modo en que los ojos siguen a un objeto en movimiento, es decir, los cambios posturales que deben hacer los ojos y la cabeza para ver.

Cuando un objeto se mueve dentro de nuestro campo visual, lo podemos detectar comparando la posición de las imágenes percibidas en diferentes tiempos. El procesamiento temprano, es decir, el análisis del movimiento en las áreas visuales primarias, constituye una propiedad fundamental del sistema visual  y no depende del cómputo previo de la distancia.

Movimiento aparente

A veces no es necesario que se produzca un movimiento para tener la sensación de que algo se mueve. Es el llamado movimiento aparente, que se produce por ejemplo cuando se encienden dos luces cercanas en intervalos de 10 a 14 msec.

Esta secuencia de imágenes sucesivas crea el movimiento aparente, que explica la sensación de movimiento que tenemos cuando vamos al cine, donde se da un intervalo fijo de secuencia de estímulos, concretamente 24 por segundo.

Otro caso de movimiento aparente es el que se produce por ejemplo con el sol y las nubes. Cuando éstas se desplazan rápido por efecto del viento, nos puede dar la sensación de que el sol también se mueve en sentido contrario a ellas, pero no es así, sino que se está produciendo el denominado movimiento inducido, que es la ilusión que aparece cuando se desplaza un objeto que en realidad esta fijo, al mover el escenario de referencia en que se encuentra.

La forma precisa de detectar si hay movimiento realmente es comparando un elemento que se mueve con otros que permanecen inmóviles, el llamado contexto visual fijo.

El estudio de la percepción del movimiento es muy amplio. En su correcta percepción influye tanto nuestra salud visual como cognitiva. Si cree que tiene algún tipo de problema a la hora de percibir los movimientos en Óptica Barreña le asesoraremos al respecto.