El control de la miopía con lentes de contacto
Las lentes de contacto, útiles para algunos problemas de visión
Actualmente las lentes de contacto, tanto blandas como rígidas, pueden ayudar a ralentizar el avance de los problemas refractarios de visión, principalmente en edades tempranas. Este tipo de lentillas parecen normales, pero están diseñadas específicamente para controlar el avance de la miopía, pudiendo ralentizarla, según ciertos estudios, hasta en un 43 % en comparación con los usuarios de gafas o lentillas convencionales.
No pueden llegar a bajar la miopía o frenarla totalmente, pero si conseguir que no avance tan rápidamente. Su uso está principalmente indicado y son más efectivas, si se usan en los primeros momentos de aparición de la miopía.
Tipología de las lentes de contacto
En cuanto a su tipología, las hay de uso diario, quincenal, mensual o trimestral. Además, en función a sus características hay varios tipos de lentes.
Lentes blandas de desenfoque periférico. Aconsejadas en miopías bajas y en fases iniciales. Estas lentillas parecen muy similares a las normales, pero están diseñadas para llevar a cabo un efecto específico sobre la retina del usuario, consiguiendo frenar el avance de la miopía.
Lentes para terapia corneal o Lentes de orto-k. De uso recomendado durante la noche, mientras se duerme. Son lentes de contacto permeables al gas de geometría inversa, que están diseñadas para moldear la córnea de manera personalizada con el fin de conseguir reducir la miopía de modo temporal. Consiguiendo no necesitar corrección visual durante el día, al ser capaces de compensar la miopía durante bastantes horas.
Con ellas se consigue tanto evitar el uso de lentillas por el día, como controlar la progresión de la miopía en niños. Estudios confirman que estas lentes ayudan a frenar el incremento de longitud axial del ojo y por tanto el crecimiento de la miopía.
Las lentes de contacto blandas para el control de la miopía están recomendadas para niños y adolescentes con el fin de intentar mantener su miopía por debajo de las 5 dioptrías. Las personas con unas dioptrías mayores a 5 tienen mayor riesgo de sufrir en la edad adulta ciertas patologías oculares como son la maculopatía, el glaucoma o el desprendimiento de retina.
La importancia de actuar a tiempo
Es muy importante en el caso de los niños actuar rápido, identificando aquellos que tienen más probabilidades de que su miopía alcance niveles de riesgo, con el fin de intentar frenarla.
Los niños que se puede considerar que tienen miopía de riesgo, son los que tienen antecedentes familiares. Si uno de los padres es miope, la probabilidad de que se presente miopía frente al que no tiene antecedentes se multiplica por tres, y si ambos progenitores los que sufren miopía, esta probabilidad se multiplica por siete.
Además de los antecedentes familiares influye la edad en la que se presentó la miopía. Si lo hizo antes de los 10 años, es muy posible que evolucione rápidamente. Si aparece entre los 10 y los 14 años, igualmente tendrá una evolución superior que si lo hace después.
También influye el número de horas que el menor pase en el exterior y usando pantallas digitales.
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