Qué debemos evitar para cuidar nuestros oídos
Cuidar nuestros oídos puede protegernos y prevenir problemas más graves de los que muchas veces nos imaginamos. En ocasiones cometemos errores en prácticas muy habituales y cotidianas que, en el momento, ni siquiera somos conscientes del daño que nos puede estar causando, pero que, a la larga pueden perjudicar a nuestra salud. A continuación, enumeramos una serie de estas situaciones dañinas para que podamos prevenirlas:
Sonidos fuertes
Estamos expuestos constantemente a sonidos molestos o, en ocasiones, demasiado fuertes a diario. Algunas situaciones son más complicadas de evitar: el ruido que producen las obras en la calle, algo que se cae al suelo o el claxon de un coche, entre otras. Si es posible, evita esos lugares o protégete de ellos con tapones.
En otras ocasiones es culpa nuestra. Llevar los auriculares a un volumen excesivo es sólo responsabilidad nuestra y podemos evitarlo muy fácilmente. Procura que siempre te llegue sonido ambiente del exterior para calibrar si estás escuchando a un volumen no perjudicial para nuestros oídos.
Escasa higiene
Mantener limpios nuestros oídos también es muy importante. Existen diferentes opiniones sobre la frecuencia con la que debemos limpiarlo, pero sobre lo que hay unanimidad es en que no se debe hacer todos los días. En ocasiones el oído se limpia de manera natural, pero en otras se acumula un exceso de cera. En esos casos se puede producir un taponamiento. Hay que recurrir a diferentes métodos para llevar una higiene regular y no causarles ningún daño.
Malas prácticas
A veces, por creencias populares o malos consejos, podemos acostumbrarnos a maltratar nuestro cuerpo de manera sistemática y nuestro oído es uno de los que más lo sufren. El alcohol y el tabaco (que nadie duda de que su consumo no es saludable) en un alto consumo pueden influir en la transmisión del sonido al cerebro. También algunos antibióticos como los antibióticos aminoglucósidos, que podrían tener graves consecuencias para aquellos pacientes que tienen infecciones bacterianas inflamatorias.
No secar nuestras orejas correctamente después de una ducha o un baño también puede ser perjudicial si hay humedad en el conducto auditivo. Ni que decir tiene que no introduzcamos objetos extraños ni que usemos remedios caseros si no tenemos el asesoramiento de un especialista. Y, por supuesto, si nos gusta sumergirnos en el agua, ten cuidado porque la presión puede dañar tus tímpanos.
Recomendaciones
Éstas son algunas prácticas que puedes evitar fácilmente para cuidar tu salud auditiva. Para algunas es tan sencillo como no llevarlas a cabo y, en otras ocasiones, evitarlas dentro de lo posible.
Nosotros te recomendamos que, si tu edad ronda los 30 años, revises tu audición de una manera periódica (una vez al año). Gracias a él, no sólo escuchamos correctamente y percibimos los sonidos que nos rodean, sino que también nos dota de sentido del equilibrio. Por ello debemos acostumbrarnos a llevar una rutina en el cuidado y, si tenemos cualquier duda, recurrir a profesionales. En Óptica Barreña estaremos encantados de ayudarte y, además, te ofrecemos la primera revisión auditiva es gratuita.