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Las pupilas, el espejo del alma

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Por partes, ¿qué es la pupila exactamente y cuál es su función?

Según la Sociedad Española de Oftalmología (SEO), la pupila es una abertura circular, situada en el centro del iris, que tiene una función fundamental; regular la cantidad de luz que entra en el ojo para estimular los fotorreceptores de la retina – denominadas conos y bastones-. A este proceso se le denomina dilatación pupilar o midriasis o, por el contrario, contracción pupilar o miosis.

Pero la pupila no sólo varía su diámetro con los cambios de luz. También cambia con la emoción. Se dilata cuando nos sentimos atraídos hacia una persona, cuando realizamos un esfuerzo mental importante –por ejemplo, para completar un cálculo matemático complejo- y cuando nos concentramos en algo –mirar fijamente a un punto-, y se contrae cuando estamos tristes o distraídos.

Además de la emoción, también ocurre con la música

Un equipo de investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad de Oslo (Noruega), dirigido por el psicólogo Bruno Laeng, ha llevado a cabo una investigación para determinar si la emoción que produce la música también se refleja en las pupilas.

El sentimiento de emoción al escuchar música es un fenómeno estético natural asociado a sentimientos positivosque alcanzan picos o crestas de intensidad cuando la melodía atraviesa aquellas partes o pasajes favoritos o que nos despiertan sentimientos muy fuertes. Estos picos desencadenan un estado cognitivo de intensa concentración, que conmueve a la persona y produce reflejos físicos, como escalofríos, piel de gallina, lágrimas, temblores, sensación de boca seca, problemas para respirar o presión en el pecho.

Tal y como indican alguno de los estudios realizados previamente por Laeng, dejando de lado las emociones y sentimientos, estas sensaciones también se manifiestan en momentos determinados de la pieza musical, como puede ser al comienzo de la misma, cuando entra una voz o un nuevo instrumento, cuando hay cambios dinámicos en la sonoridadfortissimo crescendo– o de ritmo, así como contrastes de voz y sostenidos -instrumentales o vocales-.

Los resultados del presente estudio confirmaron que el diámetro promedio de las pupilas de los participantes fue mayor cuando sentían escalofríos escuchando sus canciones favoritas: 3,7mm frente a 3,5mm de midriasis. Es importante señalar que el diámetro de las pupilas era mayor durante estos picos de emoción que durante el resto de la canción o pieza musical. De acuerdo con las conclusiones de la investigación, los escalofríos inducidos por la música pueden medirse objetiva y cuantitativamente mediante las dilataciones pupilares.

Pero, ¡ojo! Que también ocurre con el ritmo

La neurociencia ha demostrado que las pupilas siguen el ritmo por su cuenta, completamente al margen de las tareas que se estén llevando a cabo simultáneamente. En un reciente estudio, un equipo de neurocientíficos de la Universidad de Gronigen (Holanda) reprodujo diversos patrones de percusión típicos de la música occidental, incluyendo ritmos típicos del rock y del pop, mientras les pedían a los voluntarios participantes que se concentrasen en un ordenador para realizar tareas de respuesta rápida -no relacionadas con lo que escuchaban-. Por ejemplo, les pedían que apretasen la barra espaciadora a la mayor velocidad posible en cuanto recibían una señal concreta en la pantalla.

El resultado fue muy revelador; las pupilas parecían detectar el impacto rítmico ausente, mostrando una dilatación, incluso aunque el participante no estuviese prestando ninguna atención a la música. Por ende, los resultados de este trabajo sugieren que los humanos podríamos contar con un sentido automático que mide jerárquicamente -en un patrón rítmico de percusiones fuertes y débiles- y gobierna nuestras expectativas musicales.

Curioso, ¿eh? Si deseas hacer la prueba, colócate delante de un espejo, cámara o videocámara de un dispositivo, ¡y observa cómo evolucionan tus pupilas mientras escuchas tu canción favorita!