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Lentes progresivas, la última tecnología para que lo veas todo

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Las gafas con lentes progresivas no sólo permiten corregir la miopía o la hipermetropía, sino que están preparadas para ver en todas las distancias con el mismo par de gafas. Esto es posible ya que tienen una graduación progresiva de cerca de lejos. La parte inferior de la lente está graduada para mejorar la visión de cerca, la parte central está graduada para la visión de una distancia intermedia, y la superior para la visión de lejos.

Hasta ahora conocíamos las lentes bifocales, las cuales no cuentan con visión intermedia. Además, pasan de un campo de visión a otro de forma abrupta, con un “corte” o un “salto”. Como consecuencia de esto, ofrecen una visión poco natural a la que cuesta adaptarse. Las lentes bifocales eran una buena solución para las personas con vista cansada hasta que aparecieron las lentes progresivas.

 

Tipos de progresivos

Retallado digital avanzado

Mayor precisión visual y zonas más amplias de gran calidad visual. La graduación se consigue trabajando las lentes punto a punto sobre las dos superficies (cara interna y externa). El resultado es una lente con zonas ópticas amplias que ofrecen una gran calidad y diseño personalizado. El retallado se realiza con maquinaria digital de última generación.

Retallado tradicional

Es la forma clásica de fabricar las lentes progresivas. El retallado tradicional trabaja sólo la cara interna de la lente para diseños preestablecidos. Las lentes fabricadas con retallado tradicional son más económicas pero no tienen el mismo nivel de personalización.

 

Beneficios

Se puede enfocar desde cualquier distancia sin necesidad de tener que quitarse las gafas o ponerse otras.

Si no hay problema a la hora de ver de lejos, se puede prescindir de las gafas cuando se vaya por la calle, y utilizarlas exclusivamente cuando sea necesario ver algo de cerca o una distancia intermedia.

Si, por el contrario, hay algún problema de visión de lejos, las gafas progresivas resultarán de suma utilidad a la hora de conducir ya que además de a los otros coches, también se puede ver con nitidez los instrumentos del salpicadero.

 

¿Son para mi?

Son adecuados para personas con presbicia o que tengan más de 40-45 años. Durante el proceso de envejecimiento natural, la elasticidad del cristalino empieza a deteriorarse y deja de ajustarse de forma óptima a diferentes distancias. Para los que no se quieren poner y quitar constantemente dos tipos de gafas, la mejor opción son unas lentes progresivas.

 

¿Cuánto tiempo se necesita para acostumbrarse a estas lentes?

A lo que más cuesta adaptarse es a la visión algo borrosa y pequeñas distorsiones en los márgenes de las lentes. También hay que acostumbrarse a un mayor movimiento de la cabeza, sobre todo en el caso de distancias cortas, puesto que el campo de visión de cerca se encuentra solo en la parte inferior de las lentes. Y, en especial, hay que acostumbrarse a las áreas individuales de visión y su posición en las gafas: en el área inferior solo se podrá ver con claridad distancias cortas. Si se mira en la distancia, se debe utilizar el área superior de la lente, de no hacerlo se verá borroso.

Cada persona necesitará un tiempo de adaptación, desde unas horas a unos días, dependiendo de la capacidad de adaptarse a la visión progresiva. La conversión a lentes progresivas es algo a lo que inicialmente cuesta acostumbrarse, ya que a los ojos se les presentan siempre varias imágenes al mismo tiempo. No obstante, una vez que se haya entrenado la visión, será posible enfocar con bastante normalidad a la distancia deseada.

 

¿La montura también es importante?

La montura también es importante para que los progresivos sean eficaces. A la hora de escoger la montura ideal para cristales progresivos, el factor más importante a considerar es la altura total de la lente, que debe ser mínimo de 30 mm. Esta distancia es necesaria para que todas las áreas de visión queden incluidas. Unos milímetros de más o de menos pueden hacer una enorme diferencia.

Si se elige una montura muy pequeña, puede suceder que la zona de la lente asignada para lectura o para la visión de lejos, no pueda ser integrada eficientemente en el cristal. El resultado sería áreas de visión muy pequeñas que traerían molestias innecesarias.

 

Dado que la agudeza visual cambia con la edad, es conveniente realizar periódicamente una revisión para asegurarse de que la graduación de las gafas sigue siendo la correcta. Además, compra tus gafas siempre en una óptica y bajo el consejo de un profesional.