Pupilas puntiformes o miosis
¿Para qué sirven las pupilas?
La función de las pupilas es contraerse y dilatarse en función de la luz que reciben. Controlan la cantidad de luz que accede a nuestro ojo y de este modo lo protegen ante luces excesivamente brillantes o reflejos muy molestos, regulando de este modo la cantidad de luz que accede a la retina.
En ambientes oscuros las pupilas se dilatan para que entre un mayor nivel lumínico, por contra, cuando nos exponemos a una situación de gran luminosidad, las pupilas se contraen para proteger los ojos. Este mecanismo de contracción es sinónimo de buena salud de nuestros músculos oculares.
Pero cuando las pupilas no son capaces de dilatarse, permaneciendo contraídas independientemente de las variaciones de luz, estamos ante un caso de miosis o pupilas puntiformes. En un caso de miosis, el músculo esfínter del iris, cuya función es dilatar o contraer la pupila controlando así la cantidad de luz que penetra en el globo ocular, se halla contraído de manera continua, disminuyendo el tamaño de la pupila. Cuando esto ocurre, es una señal de alarma ante la que tendremos que actuar sin dilación acudiendo a urgencias, al ser síntoma de que algo grave puede estar ocurriendo, dependiendo siempre de la causa que origine las pupilas puntiformes.
Causas de las pupilas puntiformes
Las causas que pueden conllevar pupilas puntiformes son:
Consumo excesivo de drogas. La intoxicación por consumo de opiáceos como la heroína, cocaína, morfina o metadona, afecta al sistema nervioso central pudiendo llegar a provocar una parada cardiorrespiratoria. Respecto a la miosis, esta se produce por la estimulación del sistema nervioso parasimpático que el consumo de estas sustancias acarrea. En el caso de la heroína, las pupilas se contraen tanto que se les denomina pupilas en punta de alfiler.
Exposición continuada a sustancias químicas. La Intoxicación por organofosforados, que son los productos químicos utilizados en fertilizantes, pesticidas y herbicidas, puede derivar en pupilas puntiformes.
Síndrome de Horner. Síndrome que debido a un daño en los nervios simpáticos faciales, es causa de miosis, así como de caimiento en los párpados, ojos hundidos y sequedad facial.
Enfermedades neurológicas. Los cambios en el tamaño de las pupilas y las pupilas puntiformes pueden ser un síntoma de estar sufriendo un edema, un tumor cerebral o una hemorragia o accidente cerebrovascular.
Respecto al tratamiento adecuado, las pupilas puntiformes no son una enfermedad en sí, sino que son el resultado de otra patología o intoxicación. Por lo que su tratamiento pasa por averiguar en primer lugar qué es lo que las está causando y tratarlo.
Oftalmológicamente, el diagnóstico de la miosis se realiza comprobando el nivel de reacción y el tiempo en que se mantiene la pupila contraída.
Desde Óptica Barreña queremos resaltar la importancia de actuar rápidamente cuando se presenta un cuadro de pupilas puntiformes o miosis, al poder ser un síntoma de una enfermedad o situación muy grave que requieren una actuación inmediata.